Milhojas de chocolate y frutillas
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Fáciles, ricas y rápidas recetas de Narda

Milhojas de chocolate y frutillas

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LA MASA

5 claras
230 g de azúcar
25 g de chocolate rallado
Extracto de vainilla

Para la masa, debemos batir las claras a nieve con 200 g de azúcar.
Incorporar con movimientos envolventes y con la ayuda de una espátula el chocolate rallado y el extracto de vainilla.
Una vez que esté lista la mezcla, enmantecar una placa, forrarla con papel manteca y nuevamente enmantecar bien el papel.
Luego, esparcir bien la mezcla sobre el papel, de forma pareja y uniforme.
Cocinar en horno a 150 grados por 40 minutos.
Para estar seguro de que la masa esté cocida, hay que fijarse que la base se haya dorado.
Retirar y dejar enfriar muy bien.
Después, sacar la masa del molde con el papel manteca y espolvorear con azúcar la parte superior.
Entonces, hay que darla vuelta dejando el papel arriba y retirarlo con muchísimo cuidado, enrollándolo para que no se rompa ni se pegue.
Una vez que terminemos de retirarlo sin romperlo, si no vamos a utilizar la masa en ese momento, debemos poner nuevamente el papel manteca sobre la masa, enrollar masa y papel como si fuese un pionono y guardarlo hasta el momento de usarlo.

LA SALSA

50 g de chocolate
4 cucharadas de leche

Para hacer la salsa, picar el chocolate y derretirlo a bañomaría.
De a poco, ir incorporando la leche y mezclar con la ayuda de un batidor de alambre, hasta que quede una salsa bien homogénea y lisa.
Dejar enfriar.

EL ARMADO

400 g de frutillas
1 cucharada de cacao
Opcional: azúcar impalpable y hojitas de menta

Cortar la masa en rectángulos de 7 cm de largo por 4 de ancho.
Filetear las frutillas y, una vez que la salsa esté bien fría, comenzar a armar el postre.
Colocar un poco de la salsa en la base para que luego no se deslice el postre, por encima poner una capa de masa, otra vez la salsa, las frutillas, otra vez la masa y sobre ésta la salsa.
Repetir 3 o 4 veces.
Terminar con la salsa de chocolate y unas láminas de frutillas.
Si se desea, espolvorear con cacao.
Se puede servir de esta manera o simplemente espolvoreado con azúcar impalpable y con unas hojitas de menta.
Es un postre superf ácil, pero que se debe montar en el momento porque, de lo contrario, las frutillas se opacarán, perderán líquido y humedecerán por demás la masa, restándole calidad y sabor.

Al elegir frutillas en la verdulería o en el supermercado, siempre hay que buscar las que están bien rojas, gorditas y firmes. Un dato para tener en cuenta: las más chiquitas suelen ser las más sabrosas. Y otro para recordar: hasta que las frutillas no se vayan a usar para una preparación no conviene ni lavarlas ni sacarles el cabito, de esa manera mantendrán la textura adecuada.

http://lacocinadeile.tripod.com/

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