LA BASE
300 g de galletitas dulces de vainilla
150 g de manteca
Colocar las galletitas en la procesadora, rotas en trozos grandes.
Procesar hasta que queden trozos medianos.
Colocar la manteca cortada en pedazos.
Procesar hasta que quede un arenado.
Volcar la preparación de las galletitas en un molde de bordes altos enmantecado (en lo posible que sea desmoldable) y
cubrir el fondo, aplastando bien y con presión suficiente para que se forme una capa pareja. Llevar a la heladera por lo menos
durante 30 minutos.
EL RELLENO
500 g de queso crema
300 g de queso tipo Philadelfia
150 g de azúcar
5 claras
Jugo y ralladura de 1 limón
4 gotas de extracto de vainilla
Mientras la base se enfría, preparar el relleno.
Colocar el queso crema en un bol e incorporar el queso Philadelphia.
Mezclar bien con un batidor, tener en cuenta que al principio cuesta un poco.
Agregar la ralladura de limón, el extracto de vainilla y el azúcar y mezclar nuevamente, hasta sentir que el azúcar se
disolvió.
Incorporar las claras de a una.
Este paso también cuesta un poquito.
Mezclar hasta que la preparación quede bien homogénea. Reservar.
Colocar el relleno en el molde con la base, que ya debe estar fría.
Llevar al horno a 180 grados durante 45 minutos.
El centro debe estar un poco blando, eso indica que la cocción no se ha pasado.
Una vez que la torta esté lista, apagar el luego y dejar que se enfríe dentro del horno.
Más tarde, retirar y reservar.
LA SALSA
150 g de arándanos
2 maracuyás
50 g de azúcar
Realizar la salsa mezclando el maracuyá con el azúcar, incorporar los arándanos y reservar en la heladera hasta el momento
de utilizarla.
Hay que dejar la torta reposar a temperatura ambiente o en la heladera, por lo menos 2 horas antes de cortarla.
Entonces, servir una buena porción de cheesecake con la salsa de arándanos y maracuyá.
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