INGREDIENTES:
Masa brisée
150 g de manteca fría
300 g de harina 0000
3 yemas
2 cdas. de crema
Pizca de sal
1 clara de huevo
2 cdas. de manteca
2 cdas. de aceite
1 atado de puerros
3 cebollas de verdeo
1 cebolla
2 cdas. de tomillo
1 bandeja de shitakes (200 g)
Sal y pimienta
Ensalada verde
Vinagreta
Mezclarla harina con la manteca fría y procesar hasta formar un arenado.
Incorporar las yemas y la crema, y continuar procesando hasta formar la masa.
Envolver la masa en papel film o de aluminio, y llevar a heladera por 30 minutos.
Con la ayuda de un palote, estirar la masa de 1/2 cm de espesor.
Con la masa, forrar un aro de 26 cm o una tartera desmontable, enmantecada.
Pinchar la base y llevara la heladera por 20 minutos. Cocinar a blanco de 10 a 12 minutos en horno a 180 grados.
Retirar y pintar con clara de huevo apenas batida. Reservar.
Lavar muy bien el puerro, retirarle la parte verde y picarlo bien chiquito.
Separar la parte verde del verdeo, picarlo bien fino y colocarlo en agua helada.
Picar la parte morada del mismo tamaño que el puerro.
Picar bien chiquita la cebolla y rehogarla en una cacerola con la manteca y el aceite.
Incorporar el puerro y el verdeo, salar y cocinar a fuego bajo de 10 a 15 minutos.
Agregar el tomillo y dejar enfriar.
Limpiar los shitakes con un trapo húmedo y retirarle los cabitos.
Filetear bien finito y reservar.
Colocar todo el rehogado sobre la masa de tarta y, por encima, los shitakes.
Salpimentar, rociar con aceite de oliva y llevar a horno a 200 grados de 14 a 18 minutos.
Dejar bajar la temperatura unos minutos antes de desmoldar.
Servir con una ensalada verde condimentada con una vinagreta.
EL SECRETO
Esta masa es una base para hacer la tarta que se quiera. Conviene hacer un poco más y tenerla congelada, envuelta en papel
film. Se la puede guardar durante dos meses sin problema. Y antes de usarla, pasarla a la heladera de seis a ocho horas. Cuando
se congela, siempre se debe etiquetar con una descripción que indique qué es y la fecha de elaboración.
EL TRUCO
Los shitakes también se consiguen secos. En ese caso, se deben remojar en agua tibia o en té. Cuando se hidrataron, lavarlos
muy bien bajo el agua corriente hasta que el agua salga totalmente traslúcida. Retirar los cabitos y cortarlos lo más fino
posible. Cocinarlos un poco y agregarlos al rehogado de puerros. También se pueden utilizar hongos de pino, gírgolas frescas
o portobellos.
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